Gartner, una de las autoridades mundiales en investigación de tendencias en la industria de tecnología, ha publicado esta semana su resumen anual de estadísticas para el mercado de los smartphones, donde salta a la vista que a pesar de que el 2016 no fue un año fácil para muchos fabricantes en general, las ventas estuvieron un 5% por encima del 2015, con un total 1.5 billones de unidades vendidas.
Uno de los ganadores del último trimestre del 2016, fue Apple, que por fin logró sacarle una pequeña ventaja a Samsung luego de casi 2 años de estar por debajo, repuntando con un 17,9% del mercado, mientras Samsung bajó en ese periodo a ocupar la segunda posición con un 17,8% muy pegado a Apple. No obstante, las cifras, los fabricantes que mejor se la estuvieron pasando en 2016 fueron Huawei, Oppo y BBK, quienes han tenido un crecimiento explosivo por fuera de China, su tierra natal, cosechando enormes ganancias en muy poco tiempo.
Considerando el año 2016 completo, y contra todo pronóstico luego del catastrófico lanzamiento del Note 7, Samsung logró posicionarse una vez más como la marca ganadora con el 20,5% del mercado, seguida por Apple con 14,4% y luego por los tres fabricantes chinos antes mencionados quienes en conjunto acaparan casi el 20% del mercado de teléfonos celulares. En otras palabras, más de la mitad del mercado global de teléfonos es dominado por un grupo de tan solo cinco fabricantes.
Hablando de marcas dominantes, en materia de sistemas operativos, el 2016 ha sido el año donde Android e iOS han reclamado nuevamente su duopolio haciendo prácticamente desaparecer a los que alguna vez soñaron con tomárselo, como Backberry, Windows Phone y Firefox OS, los cuales en conjunto ya no lograron tener ni siquiera un 1% de la torta, dejando el 81,7% para Android seguido por un 17,9% para iOS en el último trimestre.
Tal vez si alguien me hubiese preguntado en 2011 qué futuro le depararía al por entonces naciente Windows Phone, hubiera dado una respuesta bastante alentadora, pues muchos queríamos verlo crecer y prosperar, y aunque el sistema sí logró al inicio hacer un pequeño agujero en la torta, nunca fue lo suficientemente fuerte como para hacerle frente a sus competidores. Hoy seis años después, el panorama es desolador, y el sistema operativo para móviles que Microsoft desarrolló para tomarse el mundo, simplemente ha desaparecido por completo de las estadísticas, dejando una vez más el camino abierto en 2017 para que Apple y Samsung presenten sus mayores apuestan con los respectivos sucesores de sus buques insignia.
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